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3ª
maqueta 1987-1990 (casi acabada)


4ª
maqueta 1991-1992 (no acabada, ni decorada)

5ª
maqueta 1992-1995 (muy avanzada y decorada)


6ª
maqueta 1995-2000 (muy avanzada y decorada, aunque las fotos son de
su construcción y no lo recojan)



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Antecedentes
Mi
afición por los trenes viene de lejos. Cuando era pequeño
ya dispuse de algún tablero, más o menos decorado, donde
circulaban mis trenes de escala H0. Eran un óvalo
de varias vías y, a veces, con dos niveles. En esa etapa infantil
tuve tres locomotoras Märklin
(dos de vapor de la DB
y una eléctrica de ÖBB).
Todo el material que tuve fue fruto de regalos (Cumpleaños, Santo,
Reyes...) La mayoría de vagones, vías y desvíos,
no obstante, fueron de Electrotren.
Historia
Pero
cuando empieza en serio mi hobby es en 1982. Por aquellas fechas ya pude
disponer de un espacio más o menos fijo para una maqueta (así
como de economía suficiente). Por razones únicamente de
espacio me decidí por la escala N.
Antes que ninguna otra compra, adquirí cuatro catálogos:
Minitrix,
Arnold, Roco
y Ibertren.
Finalmente me decidí por Minitrix,
seguramente la marca más cara, pero también la marca con
más surtido y con más garantías de éxito en
la calidad del material rodante y electrónico.
Mi primera compra fue un set de Minitrix
(Transformador, locomotora, vagones, vías y desvíos eléctricos).
Durante bastantes años todas mis compras fueron sin atender a épocas,
ni a paisajes o a países, aunque, evidentemente, al ser la mayor
oferta existente la inspirada en Alemania, es fácil suponer que
eran de la DB
la mayoría de locomotoras y vagones que había adquirido.
Sin embargo, mi segunda locomotora en escala N fue la
Re 4/4 II
de la SBB
de Minitrix. Posiblemente,
eso fue todo un presagio.
Nunca he sido un entusiasta de los modelos en miniatura de RENFE,
por lo que siempre he tenido mucho más material, tanto de fabricación
como de inspiración, de centro Europa que no español. La
locomotora de RENFE
que siempre me ha gustado más es la de la famosa serie 7600 de
Alsthom, posiblemente porque en mi infancia, en los años 60, es
la que representaba la velocidad, la potencia y la modernización
de RENFE.

De la locomotora
Serie 7600 de RENFE
(actualmente denominada 276), dispongo la del modelo de Roco.
El acabado es aceptable (para mejorarlo, pinté los boggies
con el verde del cuerpo de la locomotora y los pantógrafos en rojo),
pero su rodadura es deficiente y el arrastre de trenes es casi imposible.
De Ibertren sólo
tuve una locomotora-tender de vapor, fue de las últimas que fabricaron.
Era de la DB.
Su calidad-precio era realmente buena. En cuanto a vagones tuve muy pocos.
El que era destacable era el limpia-vías con esponjitas para echar
alcohol.
Por contra, otra locomotora que dispongo de RENFE
(serie 340 -ex 4000-) originaria de la DB,
la V-200, el modelo de Roco
, el acabado está bien logrado, su rodadura es óptima
y el arrastre de trenes es muy bueno.
La locomotora que dispongo de RENFE
(serie 269 "japonesa") del modelo de Kato
, la rodadura es perfecta, el arrastre de trenes es muy bueno,
pero el acabado; por los pantófragos de plástico no funcionales,
resulta algo incompleto.
Currículum
Ya
en la primera maqueta (1982) instalé catenaria. Era funcional.
Los postes simples eran de la marca Aneste
y las torres y cables colgantes para sujetar la catenaria de varias vías
eran de Vollmer.
También era de esta marca la catenaria propiamente dicha. En las
siete maquetas que he construido, desde la primera, a excepción
de una, todas ellas han contado con circuitos de catenaria. La catenaria
otorga mucho realismo a una maqueta, aunque su montaje representa encarecer
notablemente el presupuesto y su instalación es a menudo dificultosa.
Tanto para la catenaria, como para el resto de la maqueta, las prisas
son el peor enemigo. Si la catenaria instalada no resulta creíble,
la maqueta adolecerá siempre de algo importante para que el conjunto
tenga un resultado final satisfactorio.
Nunca jamás he montado ninguna maqueta digital. No dudo de sus
ventajas en el juego y disfrute de la conducción de los trenes,
pero su complejidad y el esfuerzo económico añadido que
representa, no me han hecho ni planteármelo, porque además,
me gusta más ordenar la marcha de diversos trenes simultáneamente,
que la conducción, con sus arranques y frenadas, de uno u otro
en concreto.
No he pertenecido nunca a ningún club o asociación. Siempre
he ido por libre y mi formación ha sido completamente autodidacta,
ayudado, eso sí, por múltiples revistas y catálogos
(muchos sin estar traducidos).
SIMMENMATT
El
tren suizo con su paisaje alpino, es, para mi, el más seductor
de los entornos ferroviarios. La belleza y majestuosidad de sus paisajes
naturales conlleva la necesidad de construcción de grandes puentes,
fuertes rampas y largos túneles para superar los grandes desniveles
existentes.
Es en el año 2001, cuando mi afición a los trenes miniatura
se racionaliza y tomo una serie de decisiones importantes que cambian
por completo mi panorama de modelismo ferroviario.
Tomada esa difícil decisión, pues tuve que prescindir de
un gran número de material, fue el momento de dirigir, por fin,
todos mis esfuerzos hacia la consecución de una maqueta de inspiración
suiza y alpina, y lo menos contaminada posible de elementos ajenos a este
preciso paisaje.
Para hacer frente a la adquisición de todo el nuevo material rodante,
ya sean locomotoras o vagones, era necesario vender el importante stock
que disponía de vías y desvíos Minitrix
(libres de colas, pinturas, defectos, etc.) así como
las locomotoras y los vagones, mayoritariamente de la DB.
Ello me ha ayudado a sufragar en gran medida las adquisiciones necesarias
de material suizo.
Otra decisión importante es el cambio de vías. Hasta la
fecha había utilizado vías Minitrix
y Roco,
para la nueva maqueta suiza decidí cambiar a la marca Fleischmann
y atreverme con el rail flexible que tantas posibilidades otorga. Lo recomiendo.
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